Reflexiones de un año que pasó…y un año que vendrá

Al llegar esta época muchos de nosotros miramos hacia atrás, al año que pasó. Rememoramos momentos, experiencias, aprendizajes. Año tras año hacemos este ejercicio, buscando respuestas que nos dirijan hacia una vida más plena, de mayor felicidad, de logros positivos. Es una búsqueda continua del ser humano, de sentirse que ha alcanzado un equilibrio en su vida. Pero, sabemos por experiencia que no estamos exentos de vivir situaciones retantes, complejas, dolorosas y muchas veces difíciles.
Por eso, deseo compartir con ustedes algunas estrategias que podrían ayudarles en su caminar por la vida. Al igual que ustedes, he tenido que enfrentar retos internos y externos, grandes cambios y nuevas experiencias. Para poder mantener el balance en mi vida he puesto en práctica acciones y actitudes que me han brindado la confianza suficiente para seguir hacia adelante y creer firmemente en mí misma.
1. Agradecer: el agradecimiento es una energía muy poderosa. Saber ser agradecidos nos hace dirigir nuestra mirada alrededor y ver que no somos los únicos que padecemos en este mundo. La gente agradecida ve todo como un milagro, que cada cosa que tienen o cada experiencia que viven es un privilegio, no un derecho más. Ser agradecido nos permite vivir en armonía tanto en la abundancia como en momentos de carencia o pérdidas.
2. Dar: ser generosos con nosotros mismos y con los demás. Aprender a darnos las cosas que merecemos, y esto no implica lujos, cosas materiales ni dinero. Es aprender a priorizar, reconocer nuestras necesidades y hacer lo necesario para satisfacerlas de manera saludable. Brindar y compartir de lo que tenemos con los demás, pues en el fondo nada es nuestro.
3. Perdonarnos: es una acción que requiere de mucha valentía. En primer lugar, perdonar nuestros propios errores, esos momentos en los cuales conscientemente sabemos que no obramos para nuestro bienestar. Como la vida es un aprendizaje, en todo proceso de aprendizaje se cometen errores y es necesario brindarnos el espacio para valorar las grandes cosas que hacemos y no permitir que el sentir que hemos fallado opaque todas las cosas hermosas que hemos realizado.
4. Perdonar a otros: Los seres humanos con los cuales interactuamos también están en sus procesos de crecimiento y aprendizaje. Dejar ir las ofensas infligidas a nuestra persona es un gran paso para ser libres. Esto no implica que carezcamos de dignidad o amor propio, implica que puedes comprender que al igual que tú los demás también cometen faltas. Sin el perdón es muy difícil poder movernos hacia adelante, pues la energía de esas experiencias nos va a atar una y otra vez a un pasado que no tiene remedio. Y con el pasado no podemos hacer nada…
5. Decir NO: Aprender a reconocer nuestros límites en todos los aspectos de nuestras vidas. Tratar de abarcar más de lo que podemos nos llena de estrés y ansiedad. Todos tenemos un punto en el cual debemos parar y no siempre podemos vivir complaciendo a todos. Este es un gran paso que ayuda a desarrollar mucha fuerza interna, pues es uno mismo actuando como equipo consigo mismo. Saber decir no amablemente enseña a los demás hasta donde puedes llegar.
6. Sentir: Darnos la oportunidad de sentir lo que sentimos. Y punto. Si es coraje, darnos la oportunidad de sentir coraje, si es tristeza igual, si es alegría también. Los sentimientos no podemos negarlos, taparlos, disfrazarlos, evadirlos. Lo importante es NO QUEDARNOS ESTANCADOS EN LAS EMOCIONES. Es sicológicamente saludable reconocer los sentimientos y emociones. Una vez estos pasan de su etapa más efervescente, entonces indagar genuinamente el por qué afloraron. Es un proceso muy dinámico, pero si queremos estabilidad emocional debemos ser capaces de buscar las raíces de por qué sentimos como sentimos.
7. Explorar: Explorar nuevos caminos, nuevas personas, nuevas comidas, nuevos lugares, nuevos talentos, nuevos amores, nuevos aromas, nuevas sonrisas, nuevas canciones. Abrirnos a aquellas cosas que quizás siempre hemos deseado hacer, pero no nos hemos atrevido. Te sorprenderás de cuántos tesoros hay en la vida para ofrecernos.
Les deseo un nuevo año de paz, armonía, salud y bienestar. No se anticipen a lo que viene, permitan a la vida brindarles su sabiduría. Que cada día sea una nueva oportunidad para llegar donde quieran llegar.